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lunes, 14 de diciembre de 2015

Tiy, Gran Esposa de Amenhotep III (Dinastía XVIII, Antiguo Egipto)



Tiy fue una reina, esposa de Amenhotep III de la Dinastía XVIII y una de las mujeres más carismáticas de la historia egipcia. 

Al contrario que todas sus predecesoras, las llamadas Grandes Esposas Reales, Tiy no era de linaje real  y no ocultó nunca su origen noble, procedente de la ciudad sureña de Ajmin. Su padre, Yuya, era el jefe de carros de guerra, con familia de origen asiático, mientras que su madre, Tuya ostentaba el título de Ornamento Real, así como de Cantora del Templo de Amon. Que el faraón niño Amenhotep III se casara con Tiy, en vez que con cualquiera de sus numerosas hermanas, podría ser por los siguientes motivos:


  • Yuya era un hombre muy importante en el Egipto de aquella época, y es posible que incluso fuera el hermano de la reina madre Mutemuia. Por lo tanto Tiy y Amenhotep III habrían sido primos, y su casamiento no hizo más que acabar por consagrar a aquel ambicioso señor
  • A todo esto se une la conjetura de que la dama Tuya podría ser decendiente, por una rama secundaria, de Ahmosi-Nefertari, como parecen indicar algunos de sus títulos


Casar a Tiy con el faraón fue una habil maniobra que benefició de forma insólita a Yuya y Tuya. Su poder creció parejo al de los jóvenes reyes, e incluso fueron enterrados en el Valle de los Reyes, un honor reservado a muy pocos nobles. Su tumba fue, junto a la de Tutankamón, hallada casi intacta, con hermosos sarcófagos de oro y las momias en perfecto estado de conservación.

Uno de los hechos más problemáticos del reinado de Amenhotep III es el papel que jugó el dios Atón en sus 39 años de goTiy, pero es falso, porque ya existía mención de él bajo reyes como Thutmosis IV o Hatshepsut. Lo que sí es cierto que bajo Amenhotep III y Tiy alcanzó una popularidad entre la familia real antes impensada.








Las causas de esto eran sobre todo el peligro que entrañaban los sacerdotes de Amón, tan ambiciosos y poderosos que incluso hacían  tambalear el trono. Este peligro ya había sido visto mucho tiempo antes, pero sería bajo Amenhorep III cuando el problema adquirió tanta importancia que llegó a existir una competencia entre Amón, el favorito del pueblo, y Atón, el elegido por la pareja real para contrarrestar la influencia de los sacerdotes. 

Tras la usurpación del Trono por la Gran Esposa Real Hatshepsut, hacia ya más de 100 años, los reyes habían evitado dar cualquier protagonismo a sus esposas, sin distinguirlas siquiera del resto de esposas secundarias y concubinas, confiándolas en palacios y harenes para evitar que la peligrosa sangre de Ahmose-Nefertari volviese una vez más a tomar las riendas del poder. Tiy sería la primera excepción a esta costumbre. 

No solo se hacía representar en todos los lugares acompañando a su esposo, sino que, posiblemente dirigía ceremonias y tomaba parte en los asuntos de estado al lado de Amenhotep III, quien no dudó en delegar poderes, tanto en su mujer, como en sus ministros. Podría decirse que durante los 39 años de su reinado, fue la Gran Esposa Real Tiy la auténtica gobernante en la sombra. Su poder sobre el faraón era tan grande que no solo se le dedicaba numerosas estatuas a ella sola, sino que incluso se hizo construir para ella sola el palacio real de Malkata, en las orillas occidentales de Tebas, así como un inmenso lago artificial. 

Aunque Tiy no tenía competencia posibleal lado del faraón en asuntos de Estado, la tuvo, mucho más allá de la sala del trono. Su decendencia fue la única legítima aceptada: tuvo al menos cinco hijos, aunque es posible que fueran muchos más de nombres desconocidos. 

Los hijos reconocidos de Tiy y Amenhotep III fueron:


  • Sitamón: Fue la primogénita de la pareja real, nacida en los primeros años de reinado. Para sorpresa de todos acabaría por casarse con su propio padre, fue ascendida al mismo rango que su madre (Gran Esposa Real). Fue el primer caso de incesto real en la historia egipcia
  • Amenhotep IV: En un primer momento no era el sucesor designado por su padre, pues tenía por lo menos un hermano mayor que moriría en la juventud. Se cree que fue de frágil salud. Acabó por ser faraón, uno de los más famosos y contradictorios, protagonista del "Cisma de Amarra". Tomaría el nombre de Ajenatón, negaría a todos los dioses ancestrales a favor de una única divinidad (Atón) y se trasladaría a una capilla construida en medio del desierto.
  • Henuttaneb, Isis y Nebetta: Las hijas menores. Todas estas princesas, cuya huella se pierde al subir al trono su hermano, nunca fueron ascendidas al rango de Grandes Esposas Reales".






Hijos posibles de Amenhotep III y Tiy:



  • Baketalón: Es muy posible que esta princesa fuera la más pequeña de la pareja real y la única de la que se tienen datos durante el reinado de Ajenatón. Algunos han pensado que no es más que Sitamón con un nuevo nombre, o una hija de Ajenatón y Nefertiti, pero en la actualidad se suele coincidir de que sería la última niña nacida de Tiy y la única que se sabe con certeza que la acompañó hasta su muerte en su palacio en Tebas
  • Thutmose: Es el hijo mayor de Amenhotep III. Se sabe que en un principio fue considerado el heredero original, pero que llevase el nombre de Thutmose , según la costumbre, significaba que no debía de ser hijo de la Gran Esposa Real. Por lo tanto, este joven que nunca llegó a ocupar el trono debido a su temprana muerte, sería posiblemente hijo de Amenhotep III y otra mujer, quizás la princesa Mitania Gilhuepa
  • Tutankamon: El famoso rey-niño estaba emparentado con la familia real de Amarra y se hallaron en su tumba mechones de Tiy guardados como reliquias. Esta muestra de cariño solo puede ser debida a que ambos vivieron juntos y había un lazo muy profundo entre ellos. Se ha pensado que podrían ser madre e hijo, pero esto implicaría que hubo corregencia entre Amenhotep y Ajenatón y que Tiy fue una madre muy madura para concordar las fechas. En la actualidad se cree que Tiy fue la abuela del niño.
  • Semenejkara: Se trata del personaje más fantasmal de la época. Ni siquiera se sabe si llegó a existir o era un nombre que tomó la reina Nefertitial convertirse en faraón por derecho propio. Se casó con Meritatón, la primogénita de Akhenatón y Nefertiti

En el final del reinado de Amenhotep III comienzan a surgir las lagunas históricas que nos adelantan la confusión que vendría después. Por entonces el principal valedor de los sacerdotes de Amón  y el más fiel al rey, ya había muerto y el rey ya estaba casado con varias hijas suyas. El papel de Tiy no había menguado, pero el del príncipe heredero no dejaba de crecer y sus intenciones políticas sembraban la duda.







Sabemos a ciencia cierta que Amenhotep III murió antes que Tiy, pues aunque su tumba estaba preparada para acoger los restos de su reina, nunca llegó allí por morir anres su madrido. Sin su manejable y dócil marido, Tiy poco podía o quiso hacer por su hijo, y lo dejó gobernar a sus anchas. Mientras que Ajenatón se trasladó a la nueva capital (Amarra, llamada en aquel momento, Ajetatón), Tiy siguió viviendo en Malkata con su hija Baketalón. Se ha pensado en la posibilidad de una ruptura entre madre e hijo, debido al fantasma que acabó por adquirir el segundo, pero existen representaciones en las que Tiy viene a visitar a Ajenatón, Nefertiti y sus nietas a la nueva capital  y es recibida con grandes muestras de respeto y de cariño.

Sí es posible que Tiy acabase desmarcándose un tanto del culto a Atón que con demasiado fervor había inculcado a Ajenatón, pues siguió viviendo en Tebas, cerca del clero a Amón. Quizás la reina quisiese compensar algo la maltrecha balanza de cultos que había pasado de un extremo a otro. Ese sería su papel, hssta su muerte, en torno al año 12 del reinado de su hijo.

La Gran Esposa Tiy, mano derecha del indolente Amenhotep III y educadora del sujerente Ajenatón murió en Tebas, en su palacio de Malkata. Quizás llegó a ser enterrada en Ajetatón, como lo había decidido su hijo, pero con la caída de su gobierno, sus restos volvieron a Tebas, al Valle de los Reyes.

Se ha planteado el tema que la famosa Tumba N° 55 (KV55) era el lugar destinado a su reposo eterno, pero quizás su cuerpo nunca se encontrara en aquella tumba. O, si lo estuvo, acompañada por un varón tan difícil de identificar en la actualidad (se habla de Semennejkara o Ajenatón), fue trasladado más tarde a un escondrijo de momias para poner a salvo a tan prestigiosa mujer de los saqueadores de tumbas. En la actualidad, se cree que su momia es la de la anciana dama sin nombre hallada en KV35, la tumba de Amenhotep II, junto a los cuerpos de otros personajes.

Pese a no estar totalmente admitida por la comunidad egiptológica que la Anciana Dama sea la momia de Tiy, su aspecto aun sobrecoge. Es la única momia que conserva aun una cabellera tan tupida, cuyo parecido con los mechones aparecidos en la tumba de Tutanjamón es evidente. La gran reina, antcesora de ajenatón y Nefertiti, puede estar aun entre nosotros.